jueves, 28 de mayo de 2009

TONÁS II: CARCELERAS

II.- Carceleras

Si el martinete nació en el ambiente gitano fragüero, la carcelera debió hacerlo en las interminables jornadas que los gitanos, secularmente perseguidos, pasaban en prisiones. Son, pues, tonás de ambiente carcelario y letras alusivas a las penalidades de la trena.

No suele cantarse sola sino formando parte de una ronda de tonás; no obstante existen algunas grabaciones de carceleras en solitario como la que sigue, con letra de Don Antonio Murciano y cantada por Antonio Pérez Jiménez, más conocido como
El Perro de Paterna.

""...
una voz, un eco entre los de Vallejo y Canalejas, pero con un estilo personalísimo, muy lejos del plagio. Antonio canta recio, viril, con voz honda, profunda, desolada, con todo el paisaje de su tierra en su garganta... un hombre sencillo, cordial, padre de cuatro hijos, tabernero en Paterna y un "cantaor" largo, serio y con una voz de las que arrastran masas...""

Así escribe Julio Mariscal Montes en la carátula del LP de vinilo de donde hemos extraido este cante.


El Perro de Paterna canta en su taberna rodeado de su gente


XXX


La melodía de esta carcelera es la habitual con que suele cantarse en la Baja Andalucía y en las provincias de Córdoba y Málaga.


En el vídeo podemos ver y escuchar a Antonio Ñúnez, Chocolate,

""...la voz de cobre viejo, reflejo de una vida bebida poco a poco..."" (Carlos Lencero)

cantando unas tonás carceleras en su propio ambiente. La primera, "
Sentaito yo en mi petate", tiene la melodía clásica del martinete y la segunda, "El anillo que tú me diste", la canta en un registro algo más alto.



Referidas al nacimiento del cante como protesta a la opresión y persecución que sufría el pueblo gitano, José Blas Vega comenta el motivo de dos letras de carceleras muy conocidas:

-La primera se atribuye al mítico personaje Diego Corrientes, condenado a morir en 1.781, en la cárcel de Utrera:

""Veinticinco calabozos
tiene la cárcel de Utrera.
Veinticuatro tengo andaos
y el más oscuro me quea""

-La segunda es atribuida a un tal Curro López, recomendado de la Duquesa de Alba, fallecida sin poder rescatarlo, e igualmente sentenciado a muerte:

""Ya se murió mi madrina
la duquesita de Alba.
Si ella no se me muriera
a mi no ma ajusticiaran""

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